domingo, 13 de marzo de 2011

Somos testigos de una memoria

Sigo leyendo el libro del Abad Bernardo Olivera, OCSO, Martirio y Consagración. Los mártires de Argelia (Publicaciones claretianas, Madrid 2011, 2ª Ed.). En las páginas 93 y 94 en hecontrado un texto que me gustaría compartir:
"Somos, en efecto, herederos del acontecimiento martirial vivido y sufrido por nuestros hermanos. No dudamos que ellos son luz del mundo y que no se enciende una lámpara para taparla con una vasija de barro, sino que se pone sobre el candelero. Pero, ¿qué hacer para que la memoria de estos acontecimientos dé frutos para la Orden y para toda la Iglesia? La primera respuesta que me viene al espíritu es ésta: compartir con todos ustedes, hermanos y hermanas, en este primer aniversario de la pascua de nuestros hermanos, aquello que considero ser el corazón de la herencia que ellos nos han legado. Compartir, sí. Pero no para una mera información. Se trata de dar forma a nuestras vidas según el Señor conformó la de ellos. Por eso deseo presentarles, con la mayor claridad y pasión posibles, la clave de interpretación de todo lo que ellos han vivido… En efecto, la entrega de la propia vida en seguimiento de Jesús es la clave fundamental de lectura que nos permite entrar en el misterio de los hermanos de la comunidad de Nuestra Señora del Atlas. El seguimiento de Jesucristo implica una doble realidad. La primera es dinámica: moverse; la segunda es estática: estar con él. Y es evidente que la proximidad depende del movimiento. Esta doble realidad se conjuga en una sola: la entrega. Quien se entrega a Jesús se mueve hacia él a fin de ser transformado por él y en él".
Desde aqui podemos releer la sabiduría nacida de esa memoria (pp. 85-92) y que el Abad General del momento entrelaza con tesxtos de los mártires.
Lugar del martirio de Goñi y Olarte
"La sabiduría proviene de la memoria.
La sabiduría cristiana consiste en el proyecto divino de salvación. Este proyecto encuentra su cumbre y fuente en la Pascua de Jesucristo. Por eso Jesucristo es la «Sabiduría de Dios» (1 Cor 1, 24). Ejercitarse en la sabiduría es recordar y guardar en el corazón las intervenciones salvíficas de Dios en la historia, poniendo además en obra las normas de conducta que de ellas se derivan. ... El Señor ha obrado poderosamente en la vida de los hermanos de Atlas. Su obra en ellos es también palabra. … A partir de su pascua, los siete hermanos han comenzado a obrar maravillosamente en la Orden cisterciense y en la Iglesia. Es hora de ponemos nuevamente a la escucha de lo que el Espíritu, obrando en ellos, habla a la Iglesia y al mundo; habla y enseña ….

Lugar del martirio de Gorosterratzu y Victor
a) Petición de perdón a Dios por los agresores. Sólo el perdón puede romper la cadena del odio y de la violencia. Perdonar es un acto de profundo respeto que permite descubrir en el ofensor, más allá de toda desemejanza, la imagen de Dios. Perdonar es reconocer y proclamar que, no obstante nuestra maldad e ignorancia, Dios nos reconoce a todos como hijos e hijas entrañablemente amados. Perdonar es testimoniar, pese a todo, la filiación divina y la fraternidad universal. La palabra de perdón es la palabra más concordante con el corazón del mártir en cuanto testigo fiel del amor. …
b) El mártir que entrega su vida perdonando no acusa ni culpa a nadie. Un grupo extremista no es representativo de un pueblo; nada más absurdo que culpar al pueblo argelino o al mundo islámico por lo sucedido. Pero tampoco culpar a los autores físicos del drama. Hay que confiar en que la palabra de perdón puede disipar toda ignorancia y maldad permitiendo proyectar luz sobre sí mismo y espacios de libertad para convertir la propia existencia. Todo ser humano merece ser amado….
c) Los mártires del amor son los verdaderos artesanos de la paz. No se trata sólo de ser paciente y soportar o tolerar el mal. Tampoco es suficiente ser pacífico pues a nadie se le hace o desea el mal. Se trata de algo más: edificar y construir la paz con la donación de la propia vida. Nadie se la arrebata, la entregan…
d) La vida humana tiene un sentido -es sendero hacia una meta- y sólo se le encuentra cuando la vida es donada en ofrenda pura y gratuita. Si la vida es un don recibido, entonces vive y hace vivir quien convierte su vida en un don ofrecido. Recibir y ofrecer es amar. Amar es vivir. Vivir es amar. Y la muerte puede ser el último acto de amor capaz de dar sentido eterno a la vida…
e) El diálogo interreligioso cristiano-islámico tiene ahora nuevos motivos para continuar: siete vidas donadas son un buen fundamento para la mutua comprensión. Sabían que los hechos hablan más que tantas palabras.
f) Los siete mártires de Atlas son fruto maduro de la Iglesia local y del pueblo argelino: decidieron permanecer a fin de seguir viviendo desde ella y para ellos hasta el fin. Desearon ser Iglesia en Argelia para el pueblo argelino…
g) Dios se vale de lo más pequeño para edificar cosas grandes: solamente los obscuros testigos de una esperanza llegan a ser mártires luminosos del amor. Optaron por ser pequeñas semillas enterradas para que crezca el árbol gigante del Reino.
h) Siguieron a Jesús, hasta el fin, según el radicalismo absoluto del evangelio. Asumieron sus actitudes y opciones. Abrazaron su destino. Fueron desfigurados con Él para ser configurados con Él. Tomaron sobre sí la cruz de la abnegación a fin de acelerar la venida del Reino. Nada antepusieron al amor de Cristo, que es Siervo de los siervos de Dios.
i) Se lanzaron hacia el misterio hasta ser plenamente transformados por Él. Una misteriosa influencia les permitió experimentar el misterio hasta ser convertidos en luz y en fuego. Nuestros siete místicos nos tienden la mano para introducirnos también a nosotros en la gloria transformante de Dios. Nos invitan a fijar la mirada en la oscuridad de la tiniebla hasta contemplar el rostro de Alguien. Nos dicen que no hay trascendencia sin transparencia e inmanencia. La Palabra y la Eucaristía son la puerta de acceso al corazón de Dios, fuente de toda transformación….
j) Vivieron, murieron y entraron juntos en la vida eterna. La comunidad es el lugar sagrado de la revelación de Dios. El amor los soldó con solidaridad imperecedera. Poco cuenta la vida común sin comunión de vida. La Koinonia hace visible al Resucitado haciendo todas las cosas nuevas. No buscaron su propio interés, sino el de los demás; por eso el Señor los introdujo juntos y al mismo tiempo en la vida eterna. …No se trata de morir, sino de radicalmente vivir. Y si el precio de la fidelidad es la muerte, a pagar ese precio, sabiendo que así se compra la Vida… El auténtico caminante asienta con firmeza los pies en el presente y los eleva con presteza hacia el futuro sabiendo que el Señor guía sus pasos". 
Redentoristas en el panteón que albergaba los mártires de Cuenca

Tanto aquellos redentoristas de Cuenca, Madrid o Valencia, como nosotros, somos también depositarios de una memoria: la fidelidad a una vocación de unos hombres vivida por amor de Dios; y el gran regalo de la perseverancia otorgado por Dios a ellos. Sus vidas dejan de ser de víctimas de una represión violenta, deja de tener comnotaciones políticas, para convertirse en vidas transidas por la luz del Redentor que invita a vivir nuestra vida desde la entrega, el perdón, la gratuidad y la fidelidad. Por eso, tanto aquellos que fueron testigos (H. Benjamín, P. Ibarrola, P. Lejaldre ... ) como aquellos que hemos recogido sus testimonios no podemos más que dejar que la luz de estas personas alumbre en medio de la noche.

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